martes, 22 de marzo de 2011

auriculares Sony dr-bt30q

-Diseño y materiales:
No son muy discretos que digamos, son, más bien, algo llamativos, pero no son desagradables para la vista. Las dos unidades de comunican a través de un cable autoenrollable de aproximadamente 50cm de largo, con el que evitamos caídas, si una unidad se descuelga, se sostiene a tu cuello con el cable, siendo un punto a favor, ya que su uso es más bien para realizar deporte. Las “patas” de las unidades están realizadas en plástico flexible con las puntas terminadas en goma para no causarnos rozaduras. La unidad es de plástico, no cruje, está bien ensamblada. En la unidad derecha encontramos los controles y todo lo que necesitamos para controlar la música sin necesidad de tener que sacar el móvil para subir-bajar volumen, establecer conexión, terminar conexión, fast foward, fast rewind, pasar canción adelante-atrás, pausar-reanudar pista y en la unidad izquierda encontramos el botón para enrollar el cable automáticamente. También hacen acto de presencia dos leds, uno azul y otro rojo, que si pulsamos el boton power el indicador rojo nos indica según el número de parpadeos la batería restante, y el azul nos indica si hay una sesión activa.
-Peso:
aproximadamente 60g. No son ni ligeros ni pesados, están en el ecuador de la tabla.
-Batería:
Muy eficiente, 11 horas en uso y 100 horas en stand by.
Comodidad:
Al principio dices ¿pero qué me he puesto en las orejas!? Pero más tarde te acostumbras, bailan en las orejas si son pequeñinas, pero si tienes un buen orejón se aferran y ni te das cuenta de que los llevas puestos. Es lo peor de los sony, pero cuestión de gustos.
-Calidad de sonido:
Como todos sabemos, hay una ligera pérdida de calidad de sonido con el bluetooth, pero dentro del rango de calidad de los auriculares BT es excelente, bajos potentes, sonido potente, se nota la calidad. Está claro que son un poco inferiores a los S9 porque no son in-ear, cosa que a muchas personas les agrada porque los in ear les resultan molestos para sus oídos.

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